Música que traspasa fronteras

El pasado 18 de abril, el Teatro Rosalía Castro de A Coruña vivió una velada para recordar, llena de mucho sabor, y con un público que salió más que satisfecho de volar con la elevada actuación de dos grandes virtuosos de la música.

La Sociedad Filarmónica de A Coruña brindó un programa muy especial donde no faltaron los ritmos populares latinoamericanos ejecutados magistralmente por el trompetista Pacho Flores y el guitarrista y cuatrista Jesús Pingüino González.

Esta experiencia sonora, que traspasó las fronteras entre lo popular y lo clásico, giró en torno al disco conjunto de la dupla titulado “Entropía”, y se salpicó con variopintos ritmos como la samba, la milonga, el tango, el jazz, y además de sonidos de su tierra, como el joropo y la tonada. Los autores y sus músicas universales se dejaron oír y se elevaron aún más: Bordel 1900 y Café 1930 (de Piazzolla), El día que me quieras (Carlos Gardel) o el popurrí donde convergieron Tonada de luna llena (Simón Díaz) y Chega de saudade (Joao Gilberto).

El público pudo sentir, vibrar, ver y oír como esta dupla de viento-metal y cuerdas vive la música y su camaradería, una experiencia vibrante para recordar. ¡Una noche inolvidable!

Esta presentación fue el punto final de la residencia de Pacho Flores en la ciudad. Este compromiso musical incluyó un par de conciertos junto a Jesús González Pingüino, como las actuaciones con la Orquesta Sinfónica de Galicia, bajo la dirección del gran maestro Manuel Hernández-Silva, en el Auditorio Ferrol y en el Palacio de la Ópera, en A Coruña, el 13 y 14 de abril, respectivamente.

Crítica

“Olvidemos el eterno debate sobre qué música debe o no presentarse en una sala de conciertos. El trabajo de Flores y González dignifica y pone de relieve el arrebatador poder. Hay buena y mala música: la que sonó aquí es del primer grupo. Flores aportó emisión impecable y sonido broncíneo; pero también musicalidad y sentido del ritmo que redondearon la fiesta al lado de Pingüino González, pieza fundamental por la calidez que imprimió a sus instrumentos en perfecta amalgama con Flores (…)”

Hugo Álvarez Domínguez, La Voz de Galicia